La propuesta se enmarca dentro del proyecto global de la Anilla Verde de Igualada, que busca generar un conjunto de itinerarios para peatones y bicicletas en forma de cinturón verde en el perímetro de la ciudad.

El espacio natural por donde transcurre el camino presentaba un estado altamente degradado.

Fue objeto de una intensa actividad de extracción del yeso y luego como estación de transferencia de residuos, hasta que a finales de los 70 el ámbito quedó abandonado. El proyecto parte de dos objetivos principales: uno de conectividad y un segundo de recuperación paisajística y de biodiversidad, estableciendo los elementos necesarios para generar una nueva dinámica en el lugar que mejore sus condiciones ambientales, mediante el aprovechamiento de agua. La geometría con la que se formaliza permite que el nuevo camino se adapte de manera óptima a las irregularidades de la plataforma y al mismo tiempo pueda acercarse a la vegetación y a las sombras existentes.

Así mismo, el camino se complementa con una serie de pequeñas zonas de estancia colocadas estratégicamente en los lugares de mayor privilegio, culminando en un mirador final que vuela, reconociendo las principales visuales sobre la ciudad y Montserrat. La innovación de la propuesta radica en la tecnificación de soluciones convencionales para la construcción de caminos, con tal de adquirir unas mayores prestaciones a nivel de accesibilidad, visibilidad, durabilidad y renaturalización del entorno, con una óptima relación de costes y con la máxima eficiencia de la huella ecológica.