El Edificio Caracol es una expresión optimista del ideal “vivir juntos”.

Para ello trabaja en tres escalas: su inserción en un anodino contexto periférico; su esquema tipológico de patio con galerías que funcionan como espacios de encuentro y socialización, y el dominio de lo doméstico que compagina convivencia e intimidad. El Edificio Caracol quiere beneficiarse de una ubicación aparentemente irrelevante en un entorno de nuevos barrios residenciales mezclados con polígonos industriales.

Su pragmático volumen emerge buscando las vistas largas para convertir su emplazamiento en un privilegio por su proximidad al centro histórico y a las huertas del Llobregat e incluso al aeropuerto y al mar. El programa comprende viviendas de diversos tamaños en torno a un patio comunitario, locales comerciales y parking.

Todo ello se resuelve con la máxima simplicidad, una materialidad contemporánea con reminiscencias vernáculas y una gama cromática amable a la búsqueda del carácter propio que el contexto no puede ofrecer.

El programa demanda prácticamente la colmatación del volumen disponible por normativa.

Esta limitación, y las exigencias de eficacia y sencillez que solicita el cliente, suponen un reto para desarrollar un proyecto con algún valor añadido. A partir de un esquema de una planta tipo con 12 viviendas que solidifica el volumen disponible se realizan operaciones de sustracción que permiten entallar una nueva morfología generando terrazas colectivas e individuales, facilitando ventilaciones cruzadas y vistas diagonales que aligeran la densidad inicial y orientan la relación del patio con el entorno.