Esta instalación temporal fue construida en Palma de Mallorca el pasado verano de 2019, con motivo del Festival de Arquitectura Insòlit.
Ubicado en el patio del Can Balaguer – un palacete del siglo XIV rehabilitado por Flores y Prats junto a Duch-Pizà – el proyecto perseguía promover de manera activa y participativa el valor patrimonial de los patios de las Islas Baleares.
Estos constituyen un conjunto emblemático de la arquitectura, las vivencias y el imaginario colectivo de la ciudad.
A través de nuestra intervención, los espacios donde antes se reunían los vecinos y se hacía la vida social, volvían a llenarse de vida y experiencias.
Con una duración de 7 días y un coste de 5 €/m2, el proyecto recibió a varios miles de personas bajo la vibrante y ligera celosía que teñía el patio de color rojo.
A través de un sencillísimo gesto, los ciudadanos fueron invitados a redescubrir este tipo de espacios cotidianos, ocultos y desapercibidos de la ciudad.
El proyecto consistía en tres largas curvas suspendidas en el aire a través de unas mallas de gallinero.
Los huecos se fueron rellenando mediante la infinita repetición de unos vasos reutilizados de color rojo.
Estos elementos, cotidianos y `desechables´, se repensaron como un tejido traslúcido bajo el cual se coordinaban las numerosas actividades, eventos y conferencias del festival.
La arquitectura, en su expresión más austera y temporal, consiguió alterar por un breve momento el orden de lo cotidiano, ofreciendo una lectura diferente del espacio público colectivo.
Colaboradores: Clara Alvarez García, Alexander Zikanov.
Contratista: Autoconstrucción