Cuatro parejas de amigos se unen en un proyecto en común para construir en Barcelona un edificio de cinco viviendas con espacios comunitarios de relación y convivencia.
Se trata de una iniciativa privada que tiene como premisas básicas crear nuevas maneras de habitar, con una apuesta clara por la calidad arquitectónica, el diseño pasivo y la sostenibilidad.
El proyecto parte de 7 valores fundamentales: _la autopromoción, como mecanismo de gestión que permitirá proponer un modelo alternativo de vivienda comunitaria, en el cual los promotores del edificio son sus propios usuarios.
_el consenso del programa funcional entre los vecinos, acordando decisiones clave sobre la manera de vivir y co-habitar.
_compartir espacios comunitarios para todos los usuarios, diseñando espacios compartidos como el vestíbulo-patio de acceso en p.
baja, la lavandería en p.
sótano y la terraza en cubierta.
_el compromiso energético, priorizando el uso de la arquitectura pasiva para mejorar el confort térmico, e incorporando energías renovables (aerotermia) permiten reducir el consumo energético (clasificación energética A) _revalorizar la arquitectura y el contexto urbano aplicando soluciones constructivas propias del lugar.
El sistema de persianas de madera, plegables y orientables que cierran las terrazas y las celosías cerámicas de las fachadas proponen un nuevo lenguaje arquitectónico a partir de la relectura de materiales y sistemas constructivos propios del entorno _apostar por la sostenibilidad con el uso de materiales próximos, reciclables y certificados.
_la autogestión del proyecto para la optimización económica del presupuesto.
El control directo de costes permite acotar el presupuesto final.
Colaboradores: Miguel Cañellas, arquitecto. Mayte Pérez, arquitecta.
Arquitecto técnico: Joan March.
Otros técnicos: Estructuras, Manel Fernández y Bernuz Fernandez arquitectes slp. Instalaciones, Albert Salazar, AiA instal.lacions.
Contratista: Baldo Serveis i Obres S.L.