La construcción de la nueva pista de aterrizaje del aeropuerto de Barcelona conllevo una gran transformación de las cualidades ambientales del lugar: ocupo pinares, lagunas, instalaciones deportivas, equipamientos y un camping.

La pista se colocó encajada entre las dos zonas húmedas protegidas, la laguna del Remolar y la laguna de La Ricarda.

El espacio restante, todo el frente litoral, debía cumplir las funciones de corredor biológico entre las dos lagunas naturales y entre el Aeropuerto y la playa, a la vez que permitir la realización de actividades relacionadas con el tiempo libre en contacto con la naturaleza. El proyecto buscó entender el lugar potenciando sus cualidades ambientales y asegurando la supervivencia de sus ecosistemas.

Reinterpretamos el territorio con el fin de adaptarlo a las nuevas orientaciones de usos y al mismo tiempo facilitar su evolución biológica y potenciar la diversidad ecológica La obra se realizó en dos fases. En la primera, situada a Levante, se recreó laguna de La Illa, se construyó un centro de recepción de visitantes, y se crearon 54 m de sistema dunar como medida para favorecer la protección de la costa de los temporales marinos.

Estas dunas incorporan el nuevo Paseo Marítimo de forma sinuosa En la segunda, se realizó el otro tramo de Paseo Marítimo, situado pasado el Pinar de Can Camins, que consiste en una doble cinta de pavimento para bicicletas y peatones que se adapta a la topografía y a la vegetación existente, y se separa del espacio aeroportuario con una sucesión de lagunas.