El nuevo Instituto se sitúa en una parcela al límite del tejido residencial en el sector de las Aimerigues. La implantación se define desde la ubicación de los volúmenes en la parcela: uno compacto alineado a la calle consolidada y otro menor que contiene el gimnasio y define el acceso a través del espacio público y el porche. El modelo tipológico planteado es de carácter compacto con un pasillo central luminoso y generoso, y aulas a ambos lados.
Un volumen económico, compacto, flexible y eficiente: Económico, por su sencillez constructiva y los ajustados metros cuadrados construidos en relación al programa. Compacto, en cuanto a que libera espacio de juegos con dimensiones coherentes para las actividades de recreo, sin espacios residuales, facilitando el control del espacio y permitiendo una futura ampliación. Flexible, para poder dar cabida a usos diferentes a lo largo del tiempo.
Se garantizan los accesos independientes para el gimnasio, la biblioteca, el AMPA, y los lavabos. Eficiente, la compacidad ayuda a minimizar las pérdidas energéticas; la crujía óptima y la construcción en seco como sistemas pasivos. En cuanto a materiales, se apuesta por el uso de la cerámica con distintos tipos de aparejos, para generar diferentes texturas, haciendo referencia a la tradición de arquitectura industrial de la ciudad.
El resto de cerramientos son de vidrio, policarbonato celular y revestimiento de pino cuperizado.
La protección solar se realiza mediante lamas cerámicas orientables que evitan la radiación directa, pero permiten la entrada de luz difusa y las vistas hacia el exterior.
Colaboradores: Arquitectos colaboradores: Ivan Ivanov, Jairo Fernández, Aitor Martinez, Miquel Masons.
Arquitecto técnico: Xavier Humet (G9 arquitectura i gestió, SLP).
Otros técnicos: Bernuz Fernandez Arquitectes SLP, Estructura. PGI Engineering, Instalaciones.
Contratista: UTE COPCISA, VIAS