Ubicada en Las Chumberas, un polígono en el extrarradio de Santa Cruz de Tenerife, marcado por un urbanismo disgregado y habitado por una población en situación de vulnerabilidad social y económica, la Iglesia y Centro Social se plantea como catalizador de una incipiente de transformación del barrio.

En este contexto, había que conseguir un lugar de centralidad urbana, de referencia e integración para los vecinos. La comunidad financia el proyecto mediante donaciones individuales y de las entidades y el ritmo desigual de las remesas es lo que determina el diseño y su posterior ejecución a lo largo de 16 años: cuatro módulos independientes más su entorno, a usar por fases.

Aun sin tener el presupuesto para la obra de todos el complejo, el Centro Social, con su programa social y cultural, se necesitaba con urgencia.

Por ello, el proyecto se concibió de forma que dos módulos se finalizaran y estuvieran en uso desde hace 13 años. El hormigón se usa aquí por su accesibilidad, permitiéndonos trabajar sólo con empresas y recursos locales.

Además, su eficiencia energética, dada por su naturaleza isotrópica, se refuerza con la inercia térmica de los gruesos muros macizos.

Finalmente, experimentamos con el hormigón para conseguir la acústica habitual en la opera, adecuada para canto y palabra: para la difusión, picamos la superficie del hormigón visto convencional mientras que para la absorción, picamos la superficie del hormigón visto mezclado con piedra volcánica ligera (picón).