El proyecto surge en un vacío urbano caótico configurado por el paso del tiempo.
La reconciliación un vacío con un nuevo contenido (una maqueta neutra a escala real de la construcción pretérita). Intervenir en la ciudad histórica lleva implícito insertar un nuevo orden que permita leer todas las preexistencias de forma lógica.
La parcela sobre la que trabajamos tiene todos los condicionantes propios de un ámbito de ciudad con toda la densidad histórica concentrada.
Una importante casa solariega que fue demolida en los años cincuenta, dejó un importante vacío urbano.
Esta casa a su vez era heredera de estructuras medievales adosadas a la muralla y a su vez inserta en la arquitectura de la ciudad romana de Obulco.
En esta trama compleja de ciudad y casi como de una imagen onírica de Giorgio de Chirico, proyectamos una arquitectura limpia, despojada, esencial con amplios deambulatorios como lugares de encuentro, y grandes salas diáfanas que den cabida al programa.
El proyecto debe asumir la preexistencia de unas salas y darle un orden a todo.
Asumimos una estructura histórica, la bóveda de rincón de claustro, y como subraya R.
Moneo en La vida de los edificios, mediante una repetición ordenada, rítmica y silenciosa, insertamos una lectura contemporánea en esta ventana histórica del municipio.
El proyecto opta por insertar una importante geometría, un trazado ordenador que permita en todo momento aportar equilibro a este gran vacío urbano plagado de traseras y medianeras desordenadas.
Colaboradores: Inmaculada Cervera Montilla, Javier Bengoa Díaz, Simona Belmondo, Javier Muñoz Godino.
Arquitecto técnico: Javier Serrano Terrones.
Contratista: Construcciones Morente Romero