Frente a la “tradicional” disposición de viviendas unifamiliares (la hilera de adosados) existe otra manera aún más tradicional, la CASA PATIO.
Ubicadas un entorno no muy amable, parece conveniente cerrarse a él y abrirse hacia el interior, hacia un patio propio que es el verdadero centro de la vivienda, y que está a la misma cota que el acceso y el interior de la vivienda para propiciar un uso continuo del espacio: el salón es patio y el patio es salón. Las viviendas se giran 90 grados a esa disposición tradicional para orientarse hacia el sur.
El lado norte es completamente opaco, garantizando la absoluta privacidad del mismo.
El volumen se talla escultoricamente para propiciar que la máxima cantidad de sol pueda entrar en el patio: se inclina la cubierta, se elimina parte de la planta alta y se rehunde el acceso en planta baja.
Una pérgola ligera cierra el patio hacia la calle para cubir el garaje. La planta baja y la planta superior se comunican con una liviana escalera y por una doble altura, ubicados en el centro de la vivienda, que permiten que el aire circule continuamente.
Un gran ventanal se abre a esta doble altura y posibilita que el sol invernal penetre completamente al interior de la vivienda.
El acabado exterior de las viviendas recuerda los barrios tradicionales de repoblación de los años 50: Volúmenes sencillos, huecos repetitivos, cubiertas inclinadas, casas encaladas en blanco con un zócalo pintado de gris.
Colaboradores: Pedro Sánchez López.
Arquitecto técnico: Miguel Sanz Gomez.
Contratista: ALCESER SL