En un local en planta baja abandonado se plantea una actuación para transformarlo en un luminoso espacio gastronómico que pueda acoger, además de los servicios de cafetería y restauración, usos educativos y culturales que puedan contribuir a la activación de este barrio de la ciudad de Valls. El espacio se sitúa entre medianeras y presenta dos fachadas, una completamente transparente que se abre al espacio público, y otra, en la parte posterior, ocupada parcialmente por una nave industrial. Derribando las divisiones existentes, la primera acción del proyecto consiste en conseguir un único espacio diáfano buscando la máxima transparencia transversal para que la luz natural, procedente de la fachada urbana, pueda llegar a todas las esquinas del nuevo café. La segunda estrategia de intervención consiste en descubrir la lógica de la estructura existente de hormigón, que divide este único espacio diáfano en tres ámbitos domésticos: el jardín, el comedor y la cocina. Jardín El espacio de entrada es un jardín festivo entre la calle y el espacio central del café que desdibuja los límites entre el interior y el exterior.
Comedor El espacio central está protagonizado por una mesa de grandes dimensiones, un espacio versátil donde reunirse y compartir. Cocina La crujía interior contiene la cocina, que se abre al espacio central, los baños y las Instalaciones, y es la única crujía semi-segregada con bloques de hormigón y vidrio translúcido para conservar su intimidad sin perder luz natural. Un espacio diáfano, versátil y abierto a la ciudad que acoge distintas actividades.
Colaboradores: Ingeniero: Enric Sanz. Imagen gráfica: Gerard Joan.
Contratista: Marimon y Barrabeig.