La construcción más arquetípica y representativa de Tailandia, se denomina Salaa.

Se encuentran diseminadas sobretodo en zonas rurales, y constan de una simple cubierta inclinada, frecuentemente con extensiones laterales, que protege a una superficie elevada del suelo.

Refugios del implacable calor y las intempestivas lluvias monzónicas, son lugares para compartir veladas, manjares y bromas.

Allí se cantan canciones y se susurran secretos.

El parvulario Bang Nong Saeng Kindergarten surge gracias a los talleres Design Build for the Community que la Universidad Chulalongkorn de Bangkok, junto a otras empresas privadas, patrocina anualmente.

Debido al limitado presupuesto y a los requerimientos del proyecto, en Dum Yai, se apostó por una estructura de espacios modulares pensada para crecer en el tiempo.

Los materiales, tecnología y recursos disponibles, junto a la auto-construida arquitectura endémica de la región, definieron las técnicas constructivas utilizadas.

Igual que la multitud de superficies blandas y ligeras que protegen los pequeños comercios y mercados locales, la extensión de las cubiertas del proyecto mediante coloridos y auto-manufacturados tendales, consiguió doblar la superficie a cobijo del imponente clima tropical.

Las amarillas cubiertas coronadas con una chimenea solar, garantizan la ventilación natural del espacio consiguiendo un fantástico confort térmico sin consumo energético.

A pesar de todo, el punto más destacado del proyecto, fue el componente social del mismo.

Durante más de dos meses, los proyectistas, la gente del pueblo, los niños de la escuela y los obreros locales, convivieron juntos y fomentaron un ambiente de colaboración y creatividad, intergeneracional e internacional, donde aprendían los unos de los otros.