encargo: - "Quisiera poner una silla en la ventana para meter la nariz entre los abedules y los chopos, encima de este río precioso y añorado." material: - Un asiento y un respaldo de enea tejidos expresamente por un vecino sillero jubilado, con tallo de boga de la que nace en el cauce de los ríos.
Algo que nos permite sentarnos y disfrutar de vernos inmersos en el bosque de ribera, como un pájaro más. - Dos viejas persianas de madera reutilizadas que nos domestican la estancia y nos dan cobijo y sombra. - Un par de cuerdas atadas como siempre que nos dejan graduar la luz y la privacidad a través del movimiento de las persianas de nuestro pequeño mirador. Y, finalmente, una estructura ligera de acero corrugado, tensada y ligada, que sustenta el asiento y el respaldo de la silla mientras aguanta la tensión de la enea; donde reposan nuestros pies y los de la silla; que cuida de la forma de las persianas de cuerda.
Vamos, que al final también hemos tenido que construir un balcón!
Colaboradores: Jordi Cusidó i Cèlia Espinós.
Contratista: Masias Rull