La aplicación arquitectónica de los avances luminotécnicos a partir de los años 20 del pasado siglo XX permitió desarrollar facetas inéditas a la arquitectura más vanguardista del momento.

Mediante una selección y análisis de dibujos arquitectónicos del período de entreguerras particularmente significativos (de arquitectos como E.

Goldfinger, H.

Ferris, L.

Stynen, A.

Mather y H.

Weedon, L.

Albert, A.

Aalto, E.G.

Asplund, O.

Nitzchke o J.

Krejcar) se plantea una retrospectiva sobre ciertas claves de ‘lo moderno’, que se hacen más evidentes a partir de la representación gráfica nocturna.

Inicialmente se considera a la fachada como una “pantalla reflectora” al eliminar los elementos sobresalientes del muro (cornisas, impostas, recercados, etc.).

Posteriormente, se progresa hacia una total libertad compositiva con capacidad de interactuar en el paisaje urbano nocturno, primero contando con los rótulos luminosos y los huecos a contraluz o el desvanecimiento de los rascacielos por “flood-lighting”, hasta alcanzar una autonomía completa donde el edificio se convierte en una auténtica "linterna nocturna" como volumen desmaterializado por la luz que emana desde su interior.

Incluso acabará convirtiéndose en un mero soporte mediático y publicitario en la fascinante noche moderna, como un andamiaje constructivista.

Se verifica así la importancia de esa nueva representación del edificio bajo la luz artificial, comenzando a ser considerado su efecto visual luminotécnico en el ambiente nocturno como parte del proyecto arquitectónico, hecho insólito y apenas estudiado hasta la fecha.