La problemática existente acerca del abandono progresivo de los pueblos del interior ha llevado a impulsar políticas de realojo para fomentar la repoblación de estos lugares.

En esta dirección, Europa se despierta del periodo de confinamiento sufrido como consecuencia de la pandemia por COVID-19 valorando la riqueza de las zonas rurales y promueve que un nuevo grupo de población pueda plantearse su vida en este entorno.

Siendo conscientes de la existencia de una importante bolsa de inmuebles vacíos en estas localizaciones, parece lógico pensar que pueden ser objeto de ocupación.

Sin embargo, el estado actual de estas viviendas está muy lejos de cubrir las necesidades de los nuevos inquilinos y requieren intervenciones que satisfagan las exigencias técnicas y de confort demandados. A este respecto, las decisiones en el diseño y ejecución de las obras previstas generarán un volumen de residuos de construcción y demolición RCD que deben ser gestionados adecuadamente.

Para ello, conocer el origen de estos pueblos y el valor de su arquitectura, permite cimentar las bases de una planificación estratégica hacia el aprovechamiento de los RCD desde el propio proyecto de rehabilitación. En este artículo se han analizado algunas intervenciones realizadas en los últimos años y se han revisado protocolos de gestión existentes dentro de la Unión Europea precisando su aplicación en la vivienda popular mediterránea como caso representativo de la realidad existente.

Así, este estudio supone el inicio de un trabajo colaborativo entre distintas universidades que pretende revalorizar el patrimonio popular deshabitado y actuar bajo parámetros de sostenibilidad, eficiencia energética y respeto del entorno que lo rodea.