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Los nuevos pabellones del Puerto de Motril han sido construidos con un nuevo sistema diseñado desde el grupo de investigación RNM 909 Vivienda eficiente y reciclaje urbano, por los arquitectos Elisa Valero, Juana Sánchez y Diego Jiménez.

Estos pabellones han sido proyectados como prototipos de edificio de bajo coste y alta durabilidad que respondan a la creciente necesidad de ofrecer edificios portuarios sostenibles en el sur de Europa, especialmente en el Puerto de Motril.

Para alcanzar la mayor eficiencia del sistema constructivo se han considerado dos nuevos aspectos en el proyecto: 1.

El diseño optimizado los módulos prefabricados capaces de maximizar sostenibilidad (coste, impacto ambiental y aspectos sociales) considerando el uso de fibras hibridas para el refuerzo del hormigón.

(fibras de macro-polímero sin barras de acero.) 2.

El uso de una nueva tipología de edificio que aúna la investigación teórica y la aplicación a un caso de estudio.

Los paneles prefabricados estructurales de hormigón armado exclusivamente con fibras de polipropileno al evitar el uso del acero en un ambiente marino garantizan su durabilidad y reducen la huella de carbono.

Por su diseño holístico integrando aspectos de propiedades del material, rendimiento estructural, proceso de construcción y producción resultan una alternativa altamente eficiente.

Son transferencia a la sociedad de una investigación que tiene por finalidad el diseño de estrategias y herramientas que favorezcan el equilibrio entre consumo y producción de materia y energía en el ámbito de la arquitectura. Estos pabellones han sido proyectados como prototipos de edificio de bajo coste y alta durabilidad que respondan a la creciente necesidad de ofrecer edificios portuarios sostenibles en el sur de Europa, especialmente en el Puerto de Motril.

El resultado ha sido el desarrollo de un sistema constructivo de fachada portante con elementos prefabricados que pueda responder con versatilidad a las necesidades específicas de las construcciones portuarias, de bajo coste y baja huella de carbono.

La investigación no se ciñe a un aspecto meramente constructivo, se pretende dotar de un elemento que por su repetición pueda ser reconocible como seña de identidad del puerto de Motril donde en la actualidad hay decenas de pequeñas casetas para usos diversos que por la heterogeneidad de materiales, colores y formas, generan sensación de desorden y precariedad. ANTECEDENTES Esta investigación sobre el hormigón empieza en el 1996 con la restauración por parte de Elisa Valero de Manantiales, obra emblemática de Félix Candela.

Así, en México se inició un camino atento al diseño de la estructura como factor fundamental en la formalización de la arquitectura y a las posibilidades de la industria en el desarrollo de nuevos materiales en pro de la racionalidad y economía de medios.

A esto se añade en el siglo presente la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad.

Reducir el consumo de material y energía ya no es solamente una ventaja económica sino un requisito ético de todos los que habitamos en este pequeño planeta. La primera vez que utilizamos prefabricados de hormigón armados con fibras, en ese caso con fibra de vidrio, fue en la celosía de la Iglesia de Playa Granada, una pieza demasiado esbelta para asegurar un recubrimiento adecuado que protegiera la armadura de la corrosión del ambiente marino. En la exposición Concrete Work, que patrocino la empresa Heidelberg con motivo del Arvision Price se diseñaron unos paneles expositores autoportantes de hormigón muy esbeltos.

Por medio de un pliegue, eran estables y resistentes a pesar de ser de solo de 2 cms de espesor.El siguiente paso fue aunar la optimización de la forma para conseguir resistencia y el uso de la fibra para eliminar armadura y recubrimientos. Comenzamos a diseñar un diseñar un panel que pudiera ser estructural y envolvente para la construcción de un prototipo que se pudiera adaptar a diversas necesidades del puerto.

con la idea de que pudieran ser replicables y convertirse en un signo de identidad.

Los primeros pabellones que se proyectaron fueron una caseta de control de la guardia civil y la policía portuaria para la entrada de poniente, una cafetería para el área de venta de tickets, pabellones de servicios para la zona de aparcamientos. Finalmente los dos que se han construido son una oficina para scanner de camiones y un pabellón de transitarios.

de dimensiones 19.15 x 4.40 metros y 40.20 m x 4.20 m respectivamente. Los elementos prefabricados tenían que tener una geometría que permitiera un encaje de las piezas entre ellas, lo que se ha conseguido por medio de un solape curvo que resulta de especial interés por el juego de sombras que produce su repetición El primer cambio en el diseño para conseguir esto fue el aumentar el tamaño de las piezas.

Por razones logísticas se duplico el tamaño y así se redujo el numero de piezas y con ello se abarata la manipulación y el montaje.

EL panel final tiene una dimensión total de 225x348 cms con una espesor de 15 cms.

Otro factor esencial era el de reducir el número de piezas distintas para evitar el sobrecoste de la fabricación de moldes..

En las primeras pruebas de paneles se intento introducir el aislamiento térmico en el interior, como un sándwich.

Sin embargo los puentes térmicos en todo el perímetro que necesariamente había de ser de hormigón para trabajar estructuralmente y los conectores interiores había ineficaz la solución.Por otro lado la fabricación de la pieza resultaba difícil porque obligaba a hormigonar en dos capas muy delgadas por la consistencia poco plástica de este hormigón daba lugar a que se crearan bolas de fibra. A lo largo de este camino hemos contado con la valiosa colaboración del equipo de investigación dirigido por el ingeniero Albert de la Fuente del politécnico de Barcelona y con el equipo de Basf dirigido por José María Vaquero.

Se hicieron pruebas de hormigón con diferentes dosificaciones de fibras de Polipropileno y PVA con una tensión media de 61 MPa a los 28 días.