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La tierra, el agua, la piedra, el color, el horizonte, la luz, los aromas, el ruido esquivo, el silencio, la muchedumbre o su soledad, son parte de la paleta de excusas que sirven para cimentar el arraigo de diversas arquitecturas al territorio y al contexto, pidiendo permiso, a modo de pretexto, para incluirse en un paisaje existente o inventado.

Nuestro país es un territorio heterogéneo, un continente dentro de un continente, como narraba Claudio Magris en su célebre ensayo “El Infinito viajar”. Las agrestes montañas andaluzas, las suaves colinas gallegas o la terrosidad mediterránea de Mallorca facilitan un menú diverso de territorios. Esta falta de monotonía del paisaje, y la lectura de los accidentes y cicatrices del contexto al que sirven – porque al final la arquitectura es eso: ofrecer – son los que marcan la definición de estas obras.

No hay duda, que lejos de un sustento formal de carácter abstracto, la arquitectura – cada vez más – reclama el contexto local o la domesticidad como referencia; cuando no la condición material predominante del lugar se convierte en la fuerza expresiva del proyecto. En esta edición, parece que cada vez son más las miradas del arquitecto que demandan– para ejercer el proyecto – una reivindicación de lo particular. Parte de la arquitectura española recurre a lo próximo, a lo circundante, y como no podía ser de otra manera, la rica y variada diversidad geográfica ha producido toda una serie de obras con acentos y especificaciones diversas que responden a un lugar frente a postulados universales.

TAMAÑO DE LAS CIUDADES
POBLACIÓN DE LAS CIUDADES ESPAÑOLASFUENTE: REVISIÓN PADRÓN MUNICIPAL - INE 01/2020
SERGIO DEL MOLINO ED. TURNER NOEMASERGIO DEL MOLINO ED. TURNER NOEMA
FUENTE: LA ESPAÑA VACÍA. VIAJE POR UN PAÍS QUE NUNCA FUE