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Juhani Pallasmaa, cita en su libro “Habitar” que los arquitectos no sabemos crear hogares, solo viviendas. Posiblemente tenga razón, ya que la construcción del hogar depende de la afinidad emocional con el espacio que se vive. Cada mueble, libro, fotografía o paisaje tras la ventana tiene parte de nosotros; existiendo una invisible conexión sensitiva con ellos. Los objetos forman parte de nosotros al tiempo que depositamos en su a priori condición objetiva nuestras emociones hasta que nos apropiamos de ellos; formando parte de un nosotros. A eso, a ese vínculo entre objeto-individuo, en un espacio determinado, lo llamamos hogar.

Cada una de las propuestas señaladas en esta muestra cuenta una historia. Personales, probablemente confidenciales, compartidas con sus proyectistas, cuando esta se trata de una construcción en la que cliente y arquitecto se conocen; imaginadas, cuando sobre el tablero las líneas trazadas esbozan un edificio que busca una vida mejor para un habitante fortuito, desconocido. Y es precisamente, el lugar de los deseos llamado vivienda, el punto de encuentro entre las necesidades de quien habita un territorio denso frente a otro vacío. Porque no hay diferencias entre las personas, los vecinos o los habitantes de cada comunidad cuando el fin no es otro que el bien vivir. Los deseos son los mismos – si de los que hablamos son de personas – las necesidades vitales semejantes en una pequeña casa al abrigo del azote atlántico frente a la costa de Galicia, que una vivienda que roba un patio al suelo en el sur de Madrid o una construcción en madera, repleta de espacios indeterminados, en la Cataluña más próspera.

El matiz no está en sus moradores, ni en el territorio. Nuevamente – y como lleva ocurriendo en las últimas décadas – la vivienda prefiere la experimentación material – a la que ahora se suma la técnico / sostenible – en vez de afrontar un modelo residencial adaptado a la actual sociedad; que siempre camina sola unos centenares de metros por delante de nosotros. La localidad, domesticidad, la paleta de materiales o innovaciones técnicas recogen la promesa de una arquitectura contextual, no sólo con el lugar sino también con la actualidad climática. Pero hasta ahí. Lo residencial, en general, reduce sus conquistas a la incorporación de nuevos materiales y sistemas; a la autoimposición de nuevas normativas. La arquitectura de vivienda de calidad normalmente es marginal; ausente del debate en las grandes operaciones urbanísticas, reñida con el dictado del mercado; en el que sólo el beneficio económico y los resultados monetizables cuentan. No son ni en la España Vacía ni en la España Llena campos donde existan diferencias en materia de vivienda; es el mercado el que ha sustituido la reglas del buen vivir por el negocio.

SUPERFICIE CONSTRUIDA DE EDIFICIOS RESIDENCIALES (M2)
DATOS ANUALES DE 2017 POR PROVINCIASFUENTE: CNMC 2017
N° HABITANTES / VIVIENDAS EN ESPAÑAFUENTE: INE (2011) + CENSO DE POBLACIÓN Y VIVIENDAS
PERSONAS RESIDENTES POR NÚCLEO HABITACIONAL POR PROVINCIAS EN ESPAÑA